Por: Sara Sanabria
Muchas personas, al escuchar
“queso” no piensan más allá de poder hacer un rico sándwich, un crepe de jamón
y queso o unas quesadillas. Pero este ingrediente, tan rico y apetitoso tiene
muchas formas de prepararse, comerse y degustarse. Demos un paseo alrededor del
mundo para conocer todas estas deliciosas preparaciones que pueden realizarse,
claro está dependiendo del queso.
Una de ella y de las más
famosas que existen es el queso gratinado o frito. Para ello existe una
preparación griega llamada saganaki, que debe su nombre gracias a la cacerola
en donde se hace. Esta forma tradicional de prepararlo es colocando queso de
oveja, en una sartén muy caliente hasta que se dore y a la que se le adiciona
limón. Es un plato muy sencillo y fácil de preparar, al que muchos chefs le han
dado un toque moderno adicionándole al final algunas finas hierbas.
El frico
italiano, cosiste en freír o tostar el queso hasta que tenga un bonito color
dorado y esté crujiente. Normalmente es utilizado para decorar sopas o
cualquier otro tipo de plato, y tiene diferentes variaciones como un Hash
Brown, una alternativa deliciosa de pasabocas o plato para acompañar el
desayuno.
En
México, uno de los lugares donde el queso es más valorado, existe un plato
llamado queso fundido, el cual consiste en una mezcla de chorizo, cebolla,
tomate, chiles y diferentes especias, a las que se les añade queso derretido,
por lo general mozarella, servido con nachos o tortillas de maíz. Este plato
tiene muchas variaciones, y se presta para jugar mucho con él según los gustos,
por ejemplo hay quienes los preparan sin chorizo y otros podrán ponerle otro
tipo de ingredientes.
En
una cultura tan familiar como lo es la mexicana, las personas se reúnen alrededor
de este plato para disfrutarlo en fiestas, como una entrada antes del plato
principal.
Continuando
con las tradiciones latinas, en Argentina hay un plato típico conocido como
provoleta, que usualmente va a la parrilla, pero también lo preparan al horno o
a la plancha, y consta de queso provolone cortado en rodajas gruesas en un
sartén con aceite de oliva y mucho orégano. También se le agrega ají y pimienta
al gusto, y puede ser acompañado o acompañar diferentes preparaciones.
Finalmente,
no nos podríamos olvidar de el fondue de queso. En Suiza, Francia e Italia se
elabora un plato hecho casi solo de queso, al cual se le agrega vino blanco y
algunas especias, se prepara en una olla exclusiva para fondue y se deja
derretir. Esta preparación fue denominada plato nacional en Suiza alrededor de
los años 30, para el cual se utiliza queso gruyere. Usualmente, se sumerge pan
en el queso, mientras se miran los Alpes suizos, lo cual parece ser una
experiencia inolvidable.
Estas
son solo algunas preparaciones de las infinitas opciones y variedades que hay
en el mundo. Es importante no dar por sentado algunos ingredientes tan
versátiles como el queso. Puede ser una entrada, un sencillo pasabocas, un
plato principal, incluso un delicioso postre. Además de ser delicioso, es un
ingrediente muy agradecido al que se le puede adicionar otros ingredientes como
hortalizas, condimentos y una variedad de carnes que resaltan su sabor. Lo
importante es tener un queso de buena calidad y saber aprovechar su gran
variedad.
Bibliografía
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